Capturando la Belleza de Tierra del Fuego
El proyecto de Filmagallanes.cl que tiene com objetivo incentivar a productoras a filmar en Magallanes nos llevó a recorrer algunos de los paisajes más impactantes y remotos de la Región de Magallanes. Desde el primer momento, supimos que esta experiencia sería única, y el formato de viajar en casa rodante se convertiría en nuestro mejor aliado para capturar la magia de Tierra del Fuego con libertad, tiempo y comodidad.
El Cruce por el Estrecho de Magallanes: La Puerta a Tierra del Fuego
Comenzamos nuestra travesía cruzando el mítico Estrecho de Magallanes en barcaza hacia Porvenir, un pueblo cargado de historia y encanto en la isla de Tierra del Fuego. Este pequeño rincón, fundado durante la fiebre del oro a fines del siglo XIX, nos recibió con su tranquilidad característica y sus coloridas casas, perfectamente alineadas con la inmensidad del paisaje fueguino. Porvenir no solo es una entrada a la isla, sino un lugar que invita a detenerse, contemplar y conectarse con las raíces de la región.
Bahía Inútil y la Estancia Josefina
Desde Porvenir, tomamos la ruta que bordea Bahía Inútil, un vasto escenario de planicies y montañas que parecen eternas. Pasamos por la histórica Estancia Josefina, una de las primeras en asentarse en Tierra del Fuego, fundada a finales del siglo XIX como un centro de la ganadería ovina. Cerca de la estancia se encuentra un antiguo cementerio, un testigo silencioso de la dureza de las vidas de quienes llegaron a habitar esta tierra inhóspita. Este lugar no solo tiene historia, sino un aire solemne que nos recordó la relación profunda entre las personas y el territorio.
Fotografía en Movimiento: La Libertad de Viajar en Casa Rodante
A lo largo de nuestra ruta, no teníamos prisa. Buscábamos la luz correcta, la composición perfecta. Aquí es donde nuestra casa rodante marcó la diferencia: la libertad de detenernos en cualquier momento, disfrutar del paisaje sin apuros, y convertir cada parada en una oportunidad para capturar la esencia de Magallanes. Sin la necesidad de llegar a un hotel o seguir un itinerario rígido, cada decisión era nuestra, dictada solo por el paisaje y nuestras cámaras.
Parque Karukinka: Un Mirador a la Eternidad
Nuestro camino nos llevó hacia el sur, hasta el Parque Karukinka, un tesoro natural protegido que se extiende por más de 300,000 hectáreas de paisajes prístinos. Este parque es hogar de guanacos, zorros culpeos y una vegetación única que incluye extensos bosques de lenga y coigüe. Decidimos explorar el sendero hacia Pietro Grande, un recorrido de una hora que nos llevó a través de la vegetación fueguina, con vistas que parecían sacadas de un sueño. Al llegar a la cima, el paisaje nos dejó sin palabras: una vista de 360º que abarcaba montañas, lagos y la vastedad infinita de Tierra del Fuego.
Lago Despreciado: Belleza al Amanecer
Seguimos hacia el Lago Despreciado, un nombre que contradice la belleza de este lugar. En el camino, encontramos un mirador que nos pareció perfecto para pasar la noche. Desde nuestra casa rodante, observamos el amanecer mientras los colores del cielo transformaban el paisaje en una obra maestra. Más tarde, recorrimos un sendero cercano, administrado por el parque Karukinka, que nos llevó entre bosques y lagunas, ofreciendo vistas excepcionales para nuestras fotografías.
Nuestro viaje continuó más al sur, hacia Caleta María, uno de los puntos más extremos del continente. El camino serpenteante nos llevó a través de bosques densos, con vistas que parecían diseñadas para ser fotografiadas. Finalmente, al llegar, cada uno de nosotros tomó un tiempo para caminar libremente, en busca de un encuentro personal con la naturaleza. Este lugar remoto y silencioso nos invitó a reflexionar sobre nuestra relación con el mundo, la lejanía y la libertad.
La Libertad de Viajar con Nuestra Casa Rodante
Viajar en casa rodante nos permitió vivir este proyecto con una conexión más cercana a la naturaleza. Sin horarios, sin restricciones, tuvimos la libertad de explorar, de detenernos a capturar cada rincón de Magallanes a nuestro ritmo. Fue más que un viaje: fue una experiencia de inmersión total, donde cada kilómetro recorrido y cada imagen capturada nos recordó la inmensidad y la belleza de esta tierra única.
Magallanes nos habló a través de su naturaleza indómita, y nosotros, cámara en mano, respondimos con gratitud y asombro.